El Piloto Pardo

El Búho Medina es aficionado a las historias de viajes. Y hay una que le gusta especialmente: el viaje del Piloto Luis Pardo que, según me explicó, más que un viaje fue una arriesgada travesía.

Ocurrió en el año 1916. Un grupo de marinos ingleses, a bordo del buque Endurance, naufragó en los hielos antárticos. Perdida su embarcación, lograron refugiarse en la Isla Elefante y un grupo de ellos partió en busca de ayuda. Tres veces intentaron rescatarlos, sin éxito.

La cuarta vez fue el turno del Piloto Pardo. "Las condiciones de navegación eran muy difíciles. Como te imaginarás, los hielos y el viento de la Antártica son capaces de detener cualquier embarcación", dijo el Búho Medina que cuando hablaba se agachaba y cubría sus plumas, como si también él estuviera peleando contra un fuerte temporal.

Estábamos en medio de la tormenta... perdón... de la historia, cuando la Mariposa se acercó.

"Es verdad. Las temperaturas en la Antártica pueden llegar a los 80° bajo cero. Es por eso que yo voy en verano, cuando las temperaturas más altas alcanzan entre los 5° y los 15°. Eso es lo máximo que pueden resistir mis alas y mis antenas", nos contó.

Después de escuchar a mis amigos estaba segura de algo: para internarse en la Antártica había que ser muy valiente y más aún si lo que uno quería era rescatar a un grupo de náufragos.

Solo algunas personas se atrevían a realizar una hazaña como esa y el Piloto Pardo había sido una de ellas. Su historia me parecía cada vez más interesante...

Así que me puse a investigar (vivo en el lugar ideal para eso, la Biblioteca Nacional).

¿Quieren saber lo que descubrí?

Les recomiendo que se pongan guantes y bufanda, porque viajaremos por lugares muy fríos.

Memoriosa.

*Imagen: Ilustración de Ignacio del Real. No se asegura regreso: Antártida / Julio Carrasco, Ignacio del Real, Roderik Henderson. Santiago, 2016. Ediciones Biblioteca Nacional.