A pesar de que a partir de 1920 la asistencia a la escuela fue obligatoria, muchos niños y niñas se matriculaban pero no asistían a ella. El principal problema, según sus familias, era que no tenían ni los alimentos ni el vestuario necesario para poder enfrentar una jornada escolar.
Fue por eso que a lo largo del siglo XX la escuela entregó a los niños, no solo conocimientos, sino también alimentación, salud y recreación.
"Para poder aprender, los estudiantes tenían que estar sanos y fuertes, así que las escuelas se encargaron de entregar, además de la alimentación diaria, atención médica y dental, y enseñanza de higiene. A esto se sumó la organización de colonias escolares, que buscaban fortalecer la enseñanza y el estado físico de los estudiantes a través de la visita de lugares fuera de la escuela", me explicó el Búho Medina.
Memoriosa.